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Entre la confrontación y la victoria...

 
Post #1


Los invitados...Los favores se pagan, si uno es agradecido, los favores hay que saber devolverlos. Precisamente esta historia empieza en el momento en que mi novio debe devolverle un gran favor a unos de sus mejores amigos. El problema es que yo, a mí manera, acabo contribuyendo también a devolverle ese favor.Me llamo Oliver tengo 29 años y soy un hombre de lo más normal, de 1,78 m y unos 70 kg, castaño, sin vello, con buen cuerpo algo definido por ir al gym siempre que puedo. Trabajo como diseñador gráfico en una empresa de la zona y vivo con mi novio Hernán un morenito de 1,80 m de muy buena pinta. Llevamos siete años juntos, siete años con los altibajos típicos de una pareja. Desde hace un tiempo nuestra vida sexual se ha resentido bastante. La verdad es que ambos sospechamos que el otro tiene alguna aventurilla sexual fuera de casa, pero sencillamente no hemos querido afrontar ese tema. Es como una realidad en un segundo plano. Yo atribuyo esa búsqueda de algo más a la falta de pasión, a la falta de novedad en nuestra relación después de tantos años. Y es precisamente la necesidad de arriesgarme a probar algo nuevo lo que nos ha llevado hasta aquí.Hernán se mudó a la ciudad hace unos diez años para encontrar trabajo y mejorar un poco sus expectativas. Para llegar aquí su familia y sus amigos, en especial uno, Leonardo, le ayudaron económicamente para instalarse pero como decía, si uno es agradecido, los favores se pagan. Diez años después de que mi novio cambiara de residencia, su gran amigo Leo decidió hace unos meses intentarlo también. A pesar de lo mala que es la situación económica en nuestro país, Leo llegó en noviembre para establecerse con su familia. Después de que Leo hubiera ayudado a Hernán en aquel momento, a mi novio me pareció como retribución dejarles vivir un tiempo en nuestra casa hasta que pudieran establecerse.Cuando fuimos a recogerlos al aeropuerto empecé a tener... ¿cómo lo diría? Algo así como sensaciones encontradas. Cuando vi a esa familia con padre, madre, un hijo muy pequeño, otro en camino y unas 14 maletas en las que debían caber dos vidas y media, empecé a pensar que mi casa se iba a convertir en un campo de batalla. Pero dejando a un lado aquella previsible invasión, empecé a fijarme detalladamente en ellos. Había visto fotos de Leo, pero cuando le vi por primera vez en el aeropuerto me impresionó su tamaño. El amigo de mi novio, de unos 34 años, debe medir casi 1,90 m y es corpulento, uno de esos hombres que encajan en el perfil de guardia de seguridad o policía. A primera vista no parecía estar muy musculoso, pero sí fuerte... robusto, con unas buenas piernas, brazos y un pecho fuerte y ancho. La verdad es que sin parecerme guapísimo, me impresionó su porte, su presencia... y sin ser demasiado consciente en ese momento, me empezó a dar morbo. Su mujer, más bien menuda y delgadita, a excepción de su enorme vientre, contrastaba al lado de aquel hombre de pelo castaño y cara de cabrón simpático.Las primeras horas en mi casa, yo sólo veía maletas, ropa, juguetes tirados por medio de casa. A pesar de que soy bastante maniático, hice un esfuerzo por ser hospitalario y le presentamos a Leo y a los suyos a mi familia. Leo les cayó muy bien. Y fue allí cuando me empecé a dar cuenta de que era un galán conquistador por naturaleza, el típico amigo supereducado con las chicas, que siempre sabe como terminar una frase para sacarle una sonrisa a una mujer. Mi hermana, que tiene 19 años y aún vive con mis padres, fue la primera de sus ?víctimas?. Leo fue de lo más amable con ella, especialmente cada vez que su mandona mujer se perdía por la cocina preparando la comida de su hijo.Conmigo la cosa fue bastante distinta, el muy cabrón tomó confianza con mucha más rapidez y empezó a hacer bromas. A mí la verdad es que ese rollo me divertía. Pero nuestro buen rollo inicial empezó a cambiar a los pocos días de estar en nuestra casa. Un día, mientras mi madre acompañaba a la mujer de Leo y al niño al pediatra, yo le acompañé a él a hacer las compras. Y otra vez, casi de forma compulsiva, Leo volvió a tontear con mujeres. Esta vez sus presas fueron una cajera del supermercado e incluso una clienta con la que pareció chocar casi intencionadamente.- Eres un seductor y un galán? jeje ?le dije al salir del super.- ¿Yo? Qué va, son ellas?- A ti te pierde el tonteo con las mujeres.- ¿Qué tiene de malo ser amable? ?me dijo mientras me giñaba un ojo.- Nada, nada?- Tengo mucho amor acumulado ?soltó con una sonrisa mientras se acomodaba sin disimular el paquete con la mano.- Jajaja? qué cabrón. ¿Tú mujer no está muy receptiva?- ¿Con esa panza? Qué va, ni loca. No se deja ni tocar. Debe tener miedo a que le haga otro niño ?sonrió con suficiencia.- Jajaja? eso es imposible.- No estoy seguro, con ésta llego muy adentro ?volvió a apretarse el paquete mientras entrábamos en el portal-. Si no, pregúntale a Hernán, cuando estuvimos viviendo juntos se hartó de verme la verga?- ¡Espero que sólo de verla!- Por supuesto, Hernán es como mi hermano.- Pero le enseñabas la verga? -me sorprendí a mi mismo utilizando esa palabra delante de un hombre que era casi un desconocido y el mejor amigo de mi novio. Él solamente sonrió.- Yo no tengo problemas con eso, no me importa que me vea la verga un amigo.- Ni otra mujer? jejeje. ?bromeé.- Eso estaría de más, pero mi mujer me corta las pelotas si se entera. Es muy controladora.- Jejeje? tiene mucho genio.- Tiene un humor de mierda. Pero me agarró por los huevos, primero con un hijo y luego con el otro-. Su mirada se volvió un poco triste al decir aquello.- Bueno, bueno? prefiero hablar de sexo y no de amor? jejeje.- Eres muy vivo, y yo que te tenía por un santito por lo que me decía Hernán.- Yo soy un santito?- Ya, ya? como todos los putos? jajaja ?estalló en una carcajada mientras entrábamos en casa.- Qué trillado, a ver si crees que todos los hombres gays somos unos putos? no sé en qué te basas para decirlo.- Somos hombres y los hombres siempre pensamos en lo mismo y con lo mismo ?me dijo mientras me pasaba el brazo por los hombros-. En sexo y con la verga.En ese momento no hubo tiempo para mucho más. Katty, su mujer, y el niño llegaron y nuestra conversación cambió radicalmente de tema. Y lo cierto es que aquella extraña confesión quedó en un segundo plano hasta que un par de semanas después, mi novio Hernán volvió al trabajo. A mí todavía me quedaban unos días de vacaciones y aproveché para ayudar a Leo y a Katty a conocer la zona, a buscar un colegio para el niño, a buscar un lugar donde pudieran establecerse, etc.Una vez estuvo resuelto el tema del colegio, empecé a ayudar a Leo a hacer un currículum para buscar trabajo. Mi padre, responsable en una empresa de mantenimiento de la zona, nos había comentado que había posibilidades de que contratasen a Leo por su formación y experiencia.La tarde que nos pusimos a preparar su currículum en mi ordenador, Katty se había ido a recoger al niño al colegio. Mientras buscaba una plantilla que nos sirviese de ejemplo, Leo se fijó que había varias carpetas con vídeos e imágenes de porno gay, eran visibles en las miniaturas que se muestran en las carpetas.- ¿Ves? Tienes la computadora llena de porno ?dijo con una sonrisa-. Y si me fijo en tu celular, seguro que tienes fotos de vergas? jaja.- ¿No te jode?, seguro que tú también tienes porno.- A ver, abre esa foto?- Qué va?- Anda, abre esa foto?- No.Leo no dudó, de un manotazo apartó mi mano y tomó el mouse.- Te gustan las vergas grandes veo? -dijo mientras en el monitor se abría la foto de un modelo con una buena herramienta colgando entre las piernas.- Lógico, ¿no? ?dije ruborizado-. A ti seguro que te gustan las tetas grandes.- Obvio. Pero no te pongas nervioso, ¿tu eres un santito, no?- Pues sí.- ¿Nunca le fuiste infiel a Hernán?- ¿Y tú a Katty?- Como son ustedes, siempre contestan con otra pregunta.- A ti te lo voy a contar.- A ti te gustan demasiado las vergas como para controlarte? jaja.- ¡Oye! Controlate un poco, no me conoces de nada ?dije empezando a sentirme agobiado por su exceso de confianza.- No te enojes? "santito" ?dijo mientras me acariciaba la cabeza con fingida compasión-. Cada uno es como es, yo me muero por un buen par de tetas o por unas buenas nalgas y una vagina bien húmeda, y tu te mueres por chupar una buena verga? jejej, es nuestra naturaleza. anda dime la verdad?- ¿Qué quieres que te diga? ¿Qué me gustan las vergas grandes? ?Leo asintió-. Pues sí?- ¿Ves? No pasa nada. Será un secreto entre los dos. Pues si vieras mi verga, te encantaría? creo que ahora todavía se me puso más grande, tanto tiempo sin coger con Katty, yo creo que me creció?- Estás loco? jejeje. No te creo ?le dije para retarle.- Claro, quieres provocarme para que te la enseñe pero ahora no puede ser. Ya tendrás tiempo de verla? ahora vivimos juntos ?dijo mientras me guiñaba el ojo.- ¿Yo ganas de ver tu miembro? Qué va JAJAJAJA ?dije fingiendo indiferencia.- Eres un putito, sé que quieres verla, es tu naturaleza.- No todos somos iguales. ¿O a caso Hernán quiere verla?- Ya te dije que él es como mi hermano. Mi verga no tiene interés para él. Lo tuyo es distinto.- Crees que soy un caliente, ¿por qué piensas que estoy tan salido como tú? ?le dije mirando su paquete apretado en unos pantalones vaqueros.- Y lo estás?Fue esa conversación la que hizo que las cosas cambiaran. De un juego un tanto amable pasamos a una extraña tensión que sólo se manifestaba cuando nadie nos miraba. Aunque me rayaba pensar que, aunque involuntariamente, estaba tonteando con el mejor amigo de mi novio, no podía evitar seguirle el juego a aquel cabrón provocador. ?Sólo es uno de esos heteros que van de bocones, que les encanta provocar a un gay para después burlarse?, me repetí durante días. Pero el juego de Leo empezó a ser cada vez más extraño.Leo, Katty y le niño se habían instalado en nuestra habitación, porque era la más grande, y Hernán y yo nos quedamos en la habitación pequeña. El problema es que nuestra ropa se había quedado en el armario y cuando fui a buscar ropa limpia para darme una ducha, Leo estaba en ella, acababa de llegar de la calle.- ¿Puedo pasar?- Claro.Al abrir la puerta, Leo estaba en pantalones, sin camiseta, se estaba quitando la ropa para ponerse cómodo. Al ver sus anchos hombros y su pecho bien formado tuve claro que había hecho deporte o un trabajo muy físico en el pasado. Sólo una ligera e incipiente barriguita asomaba en su abdomen. El vello oscuro cubría su torso dándole un aspecto todavía más masculino.- He venido a buscar ropa, voy a darme una ducha.- Ya.- ¿Ya qué? ? dije mientras rebuscaba mi ropa en el armario.- Los dos sabemos a qué viniste? -dijo él mirándome con una sonrisa muy vacilona.- Ni lo sueñes?!!!- Quieres ver lo que tengo dentro del slip, lo sé. Pero no te hagas problema, en momentos como éste es cuando te la puedo enseñar. Me estoy cambiando de ropa, somos dos hombres compartiendo la casa, es normal.- Jajaja? ¿pero tú qué te crees, que me muero por verla?- Todavía no, no la viste ?dijo él divertido mientras se bajaba los pantalones y se quedaba en unos ajustados slips azules.El bultazo que se apretaba bajo la tela prometía una buena verga dormida apoyada en un buen par de huevos. Creo que me bastó esa imagen para acabar de perder la cordura.- Ves, ya no dices nada. Te quedaste embobado y aún no la has visto.- Eres un pesado?- ¿Quieres verla?- Paso.- Mira ?dijo él mientras se apretaba el paquete con la mano. La forma del tronco de su verga se marcaba bajo la tela.- Uffffffffffffffff? -dije casi sin querer.- ¿Ves? les pasa a todos?- ¿Le enseñas la verga a cualquiera que crees que quiere verla?- No a todos los que querrían verla. Tú vas a tener suerte? -dijo con una sonrisa.- Tu mujer está en la cocina?- Eso es lo bueno de que no seas una mujer. No hay nada de malo en que me veas. A katty no le sorprendería ?sin dejar de mirarme, Leo se bajó los calzoncillos dejando a la vista una buena verga que, aun estando flácida, tenía un tamaño muy prometedor y reposaba descapullada sobre un par de grandes huevos que colgaban como si pesasen mucho-. ¿Ves? ¿Qué tiene de raro que me veas sin ropa?- Ufff? -murmuré sin poder apartar la vista de aquello.- Y eso que no la has visto cuando está totalmente dura ?y mientras soltaba aquella frase con total naturalidad, Leo se acarició suavemente, tirando de la piel del prepucio de vez en cuando. Inevitablemente aquella verga empezó a ganar tamaño. Sólo estando un poco morcillona ya era tan grande como la mía.Estando tan ensimismado, Leo me lanzó sus calzoncillos a la cara. Los cogí al vuelo, sorprendido.- Anda ya. No te quedes ahí parado, anda a bañarte. Tengo que entrar a mear luego y mientras lo decía se bandeaba de arriba a abajo con la mano derecha aquella verga que ya casi estaba totalmente dura.Cuando salí de la habitación, me temblaban las piernas. Su mujer estaba en la cocina con su hijo mientras Leo se quedaba habitación. Y lo peor de todo fue qué, después de ponerme burrísimo enseñándome aquel vergón, el cabrón me había echado de la habitación. ?No te confíes nunca de un hetero? me repetí.Varios días después de aquello, Hernán me pidió que, como yo salgo antes del trabajo, acompañara por la tarde a Leo a ver un apartamento de alquiler. Katty se sentía bastante cansada por lo avanzado del embarazo y se quedó descansando. A esas alturas, yo estaba bastante saturado de tener mi casa totalmente invadida, pero el morbo exagerado que me despertaba aquel padre de familia hacía que lo demás pasara a un segundo plano. Al ir de regreso a casa Leo no parecía entusiasmado. Mientras yo conducía, él se fumaba un cigarrillo. Le hubiera matado por hacer eso en mi coche nuevo, pero él ignoraba totalmente mis manías.- ¿No te ha gustado?- No demasiado. Me gustan más grandes.- No estaba mal de tamaño.- No seas mentiroso, a ti también te gustan más grandes ?dijo él divertido por el juego de palabras.- No empieces. Ese apartamento está muy bien, es más grande que el nuestro. ¿Pero se lo pueden permitir con los ahorros que tienen? Lo del trabajo que te comentó mi padre aún no está confirmado.- No me preocupa demasiado lo del trabajo. De momento tenemos dinero ahorrado. Y en tu casa estamos muy bien? espero que no los estemos m*****ando demasiado.- No, tranquilo? -dije yo.- Además, así Hernán disfruta de su compadre y tu te diviertes un poco?- ¿Me divierto?- Claro. Te encantó mi verga, seguro que te mueres de ganas de mamármela?- Jajajaja? estás loco. Ni de broma. Estás casado y yo estoy con Hernán.- Ves, no niegas que quieras chuparmela, sólo dices que el problema es que soy el amigo de tu novio.- Yo no dije eso.- ¿No me chuparías la verga?- ¿Para qué quieres que te conteste eso? ¿Para aumentar tu ego y burlarte de mí?- No, "santito", estoy haciendo un estudio. Dicen que los putos son geniales para darles verga y que luego tienen la boquita cerrada, sin dar problemas, sin celos, sin que se entere nadie, mucho menos mi mujer? jajaja.- ¿Me estás vacilando?- ¿Tú qué crees?- Que sí? eres un idiota engreído, como decimos aquí. Pero no sigas por ahí porque te vas a quemar con tanto jueguecito tuyo.- Que va, si eres un "santito".Aquel juego me desconcertaba. Cada vez estaba más seguro de que Leo era un provocador calientahuevos. El problema viene que, como él decía, un gay es un hombre, y que cuando nos calientan, empezamos a perder el control y a pensar con la entrepierna. Pero Leo siguió insistiendo los días sucesivos. Cada vez que nos quedábamos a solas, bromeaba con que le chupara la verga para aliviarle por tanto tiempo sin sexo. Yo empezaba a cansarme de tanta broma sexual, pensé que me tomaba el pelo por ser gay, así que decidí pararlo en seco.- ¿Dónde está Katty? ?dije al entrar en la cocina.- Está dando un baño al niño. Tenemos tiempo para que me saques toda la leche que tengo en los huevos ?dijo él apretándose aquel vergajo por encima del pantalón de deporte que llevaba-. Hernán está trabajando todavía ?dijo entre risas.- Eres muy pesado. ¿Quieres que te mame la verga?- Te mueres de ganas por hacerlo Oliver?No le dejé terminar. Estiré la mano y le apreté la verga por encima del pantalón. Estaba dormida pero su paquete no me cabía en la mano.- ¡Ey! ¿Qué hacés?? -dijo con un hilo de voz.- ¿No querías que te la mame? ?Mi mano subió hasta el abdomen y estirando del elástico y del bóxer, empecé a meterla por debajo de su ropa hasta que rocé su verga con los dedos.No respondió. Mi gesto le dejó tan sorprendido que salió de la cocina y se fue al baño con su mujer y su hijo. Me sentí como un idiota ahí de pie en la cocina. La vergüenza me hizo sentir tanto calor que pensé que me iban a estallar las mejillas. Sólo crucé los dedos para que Leo no le dijese nada a Hernán.Con el paso de los días, todo parecía normal. Mi novio parecía no saber nada de aquel extraño juego que había entre Leo y yo. Y el propio Leo, tras unos días se comportaba bastante distante conmigo, recuperó la naturalidad. Yo no perdía oportunidad para mirarle el paquete o intentar verle en calzoncillos cuando se cambiaba. Había empezado a obsesionarme con eso.Un sábado por la tarde, mientras yo me tomaba una siesta, Hernán y Katty se fueron a dar un paseo. Cuando me levanté, Leo jugaba a la PlayStation en la TV del comedor.- ¿Dónde están todos?- El niño duerme en tu cama y Katty se fue con Hernán a dar un paseo, por eso de la circulación? ya sabes.- ¿Qué haces? ?pregunté mientras veía como Leo jugaba.- Juego. ¿Quieres jugar?- No sé, eso de matar gente no me va mucho?- En el fondo es un juego de estrategia y agilidad mental?- Ya? jejeje ?le tomé el pelo.- Si quieres, te dejo otro control y lo pruebas.- A ver?- dije sin estar convencido.Leo se abrió bien de piernas en el sofá sin dejar de jugar, sin dejar de mirar a la televisión.- Ahí lo tienes. No es un mando como éste ?dijo levantado el mando de la Play.- Es un joystick de los de antes, con el palo largo ?dijo él muy serio.- Pensaba que te rayabas si jugaba con tu mando?- Hay que ser prácticos, tú quieres jugar y yo tengo un mando que ahora mismo no utiliza nadie?- A ver si funciona todavía? -dije mientras alargaba la mano y empezaba a masajear su verga por encima de la tela de los pantalones de deporte que llevaba. Bastaron pocos segundos para que aquel miembro mostrase un tamaño considerable.- Así no vas a poder jugar. Tienes que sacarlo de la funda.- Claro?Sin que Leo dejase de jugar, tiré de la cintura de su pantalón. En ese momento me daba todo igual, sólo me apetecía volver a ver y a tocar el rabo de aquel tío. Con cuidado, mi mano sacó lentamente aquella verga por la cintura. No estaba dura aún pero debía rozar ya los 18-19 cm.- Joder? -murmuré. Leo tragó saliva.Mi mano empezó a recorrer el tronco con suavidad. Dos de mis dedos rozaron la punta de su cabeza, totalmente descubierta. Una gota de precum empezaba a asomar, aquel hombre estaba, por lo menos, tan cachondo como yo.- Necesito que me ayudes a sacarlo de la "funda" para poder jugar bien con él.Leo no respondió, levantó el culo del sofá y me dejó a mí bajarle los pantalones y los calzoncillos. Sus huevazos aparecieron frente a mis ojos. Su verga ya estaba totalmente dura. Unas piernas anchas cubiertas de vello servían de base para aquel vergón. Su cabeza era casi tan ancha como el tronco, era espectacular. Sin poder abarcar ese rabo con una mano, decidí emplearme a fondo y empezar a pelarlsela a dos manos. Leo suspiraba sin dejar de conducir aquel Mustang por las calles de no sé qué ciudad del vicio y el delito.- Este mando tiene otra funcionalidad?- ¿Ah sí?- Sí, también sirve para el SingStar, anda, prebalo.No me hizo falta ninguna otra indicación. Dentro de mí, egoístamente, sólo pedía que nadie estropease aquel momento, Leo había provocado que lo deseara con tanto juego cachondo. Me agaché sobre su regazo y su miembro empezó a entrar en mi boca. Mis labios y mi lengua recorrieron su tronco mientras poco más de la mitad entraba en mi boca camino de mi garganta. Pero a Leo no le bastó, sujetando el mando con una mano, liberó la otra para empujar mi cabeza contra sus huevos, hundiéndolo todo en mi boca. Empecé a toser, pero el muy cabrón no aflojó la presión y siguió taladrándome. Suavemente empezó a mover sus caderas empezando una follada de boca que poco a poco empezó a ganar ritmo. Yo tenía que hacer un esfuerzo tremendo para dejar que cruzará mi garganta sin tener arcadas. Pero Leo no me soltaba la cabeza. Pasaban los minutos y el muy cabrón no aflojaba, entonces empecé a creer que efectivamente llevaba varios meses sin descargar su huevos en nadie.- Paaaa? -la voz del niño nos alertó desde la habitación.Pero Leo no me soltó la cabeza. Mientras su hijo, acabado de despertar, le llamaba, Leo siguió follándome la garganta sin inmutarse. Es como si sólo le importase soltar su semen por encima del resto de cosas que había en el mundo.Cansado de llamar, escuchamos los pasos del pequeño acercándose por el pasillo. Fue entonces cuando aquella verga empezó a soltar trallazos de semen que fueron directos a mi garganta. No pude hacer otra cosa que tragar. Cuando me lo saqué de la boca, sólo tuve unos segundos para relamer la leche de la punta y dejársela bien limpia, antes de que su hijo entrase en el comedor. Leo ya se la había guardado todavía dura en su pantalón. En aquel momento me acordé de porque me gustaban tan poco los niños.Es curioso. La primera vez que eres infiel, los remordimientos te vuelven loco. Pero si la tentación te arrastra y vuelves a caer en ella, la segunda vez que eres infiel es mucho más fácil y así, progresivamente. Supongo que forma parte de un mecanismo interno que nos hace evitar la culpabilidad. Es como si dentro de ti, empezases a convencerte de que lo que has hecho no es tan grave.Superada la culpa inicial por haberle mamado la verga al mejor amigo de mi novio, volvió el calentón. Una semana después de lo sucedido en el sofá, volvía a estar obsesionado por volver a mamarsela a aquel padre cachondo. Pero de repente, llegaron las malas noticias, Leo y Katty habían decidido que antes de que acabase el mes tenían que encontrar un lugar y mudarse, necesitaban estar establecidos cuando llegase el bebé. La posibilidad de perder la oportunidad de disfrutar de aquel machazo, me hizo jugar mucho más fuerte.Una tarde, al llegar a casa, Leo y Katty estaban en el sofá durmiendo. Él estaba sentado y ella estaba estirada con los pies sobre las piernas de Leo. Entré sin hacer ruido y Leo me saludó haciendo un gesto con la cabeza. Iba vestido con una camiseta de tirantes gris bastante ancha que hacía resaltar sus grandes brazos y sus potentes hombros. Estaba descalzo, con los pies apoyados en la mesilla auxiliar. Me acerqué al sofá y me senté a su lado. Descaradamente miré a su regazo y bajo aquel pantalón negro de tela bastante floja de tantos lavados, se adivinaba la forma de su pene flácido. Miré a katty, dormía tan profundamente que incluso roncaba ligeramente. No dudé, alargué mi brazo y lo agarré por encima de la tela, Leo dio un pequeño respingo y me miró con los ojos muy abiertos y un gesto de desaprobación.- Por favor ?susurré.El muy cabrón no llevaba ropa interior, noté cómo crecía aquel miembro ancho y pesado. Yo sencillamente había perdido la razón, nunca me había sentido tan arrastrado por un instinto tan básico. Pero cualquier gay que se haya cruzado con un macho así a lo largo de su vida, sabrá el efecto que provocan.Tanto Leo como yo mirábamos continuamente la cara de su mujer observando cualquier gesto que nos diera la señal de que estaba despertando y que debíamos detener aquello, pero ella seguía respirando profundamente. Leo me sonrío y sin prácticamente moverse, me apartó la manó y tirando suavemente de la cintura sacó a pasear aquello que ya estaba totalmente duro. Intenté agarrarla desde el primer segundo que la vi asomar por la cintura del pantalón, pero Leo me apartó la mano y sólo me dejó ver cómo, muy lentamente, se descubría la piel del capullo y deslizaba su mano por todo lo largo.- Suficiente? -dijo en un susurro casi inaudible.Y, muy a mi pesar, tuve que levantarme del sofá mientras él volvía a guardársela. Su erección era tan evidente, que me costó horrores salir del comedor y meterme en el baño para hacerme una buena paja.Tuvieron que pasar bastantes días de miradas muy disimuladas hasta que, por fin, hubo otro momento de tensión entre ambos. Cuando volví a casa aquella tarde, escuché voces en la cocina. Mi novio estaba trabajando, así que supuse que eran Katty y Leo. En casa hacía un calor insoportable, Katty tenía la manía de poner la calefacción altísima porque decía que tenía frío y yo sólo pensaba en lo que nos costaría la próxima factura. Me acerqué sin hacer ruido a la puerta de la cocina y les escuché hablando.- Hazme el favor, Katty. Ando con "esto" durísima todo el día. Anda solo un besito y ya?- ¿Estás loco, Leo? ¿A ti te parece que yo tengo ganas de mamartela? Me pesa tanto la panza que creo que me va a estallar? dejame tranquila, por favor.- Mirá, tocala? ¿y si me haces solo una paja?- ¡Suéltame Leo!!!!- ¡Katty! El niño está en la escuela? estamos solos?- ¡Basta Leo! Voy a ir a descansar, no puedo más, estás insoportable?!!!Volví sobre mis pasos y abrí y cerré de un portazo la puerta de casa. Caminé hacia la cocina y entré. Katty estaba enfundada en un ancho camisón, pero Leo solo llevaba un desgastado slip blanco. Mi vista se fue directamente a aquel bulto exagerado. Ahora entendía su insistencia con Katty, su verga bastante dura y se marcaba hacia la derecha, era imposible disimular aquello.- Hola ?dije con suavidad viendo sus caras serias.- Hola, Oliver.- Hola.- ¿Qué hacen?- Yo iba a prepararme algo de comer? y Katty no tiene hambre, se iba ya a descansar.- Ahora iré ?replicó ella.- Yo también comeré algo, estoy muerto de hambre ?respondí.Leo me miró divertido. Fui hasta el refrigerador, tomé un poco de jamón y tomate y me coloqué en la mesa junto a él. Su olor me volvió loco. Katty estaba sentada detrás de nosotros. Miré hacia abajo y, disimuladamente, Leo se apartó para que pudiera ver su paquete, aquel rabo estaba todavía más duro. La punta casi se dejaba asomar por la cintura. Leo terminó de hacerse su bocadillo y se sentó en una silla en el lado opuesto de la mesa, frente a Katty. El muy cabrón abrió bien las piernas. El elástico del calzoncillo cedió un poco más y casi alcancé a verle esos huevotes. Yo, sencillamente me estaba poniendo mal, ni siquiera atinaba con el tomate para untar en el pan del sandwich que me estaba preparando.- Si que tienes hambre ?soltó Leo con una sonrisa mientras miraba como yo empezaba a comer.- Sí mucha?- Leo, no estás en tu casa, hazme el favor de vestirte? Oliver querido, lo siento, Leo enseguida se siente como en casa?- No seas exagerada, me gusta andar cómodo? ¿Te importa, Oliver?- No, no? -casi me atraganté al decir aquello-. Estás en casa, chicos. Además, estoy acostumbrado, en mi casa mi padre y mi hermano siempre han ido igual. No me voy a asustar? -dije excusándome sin darle más importtancia.Mientras yo acababa la frase, Leo dio un bueno bocado y mientras masticaba, se llevó la mano libre a su paquete, la metió por la cintura de los calzoncillos y empezó a rascarse los huevos y la verga. Hubiera dado lo que fuera por ser su mano en aquel momento.- Eres una exagerada, Katty? ¿ves?Katty le miró con un gesto serio y dando la batalla por perdida, se levantó, se despidió y se fue a la habitación a descansar.Esperé unos segundos hasta que escuché la puerta de la habitación y, en un impulso incontrolable, caminé hasta Leo, me planté frente a él y le miré fijamente el paquete, seguía mostrando un tamaño considerable.- Ni loco? -me dijo con una sonrisa-. Katty está despierta?- ¿Y eso qué? ella no va a venir ¿o a caso ya se te quitaron las ganas de que te la mame????- No? además, voy a darme una ducha. Pero te voy a hacer un regalo? -dame lo que queda de tu sandwich ?le miré arqueando las cejas sorprendido-. Dámelo chingada madre?!!!Estiré mi mano y le alcancé la mitad que aún me quedaba del bocadillo. Sentado en la silla, Leo tiró del elástico de los calzoncillos hasta liberar a aquel rabo tan gordo que ya estaba casi a tope, en la punta asomaba una gota de precum. Cogió mi bocadillo, lo abrió y empezó a pasar su vergajo duro por en medio. No fue algo sutil, el muy cabrón lo restregó a conciencia. Lo volvió a cerrar y me lo devolvió.- Voy a darme una ducha. y tu puedes acabar tu merienda?Lo hubiera matado. El muy cabrón salió de la cocina dejándome con la verga tan dura que me dolía encerrada en los pantalones. No dudé, me lancé al bocadillo y me lo comí con tanta avidez que casi ni lo masticaba. Pero no me bastaba, necesitaba volver a comerme aquella verga fuera como fuera...!!!Tuvieron que pasar más de 20 minutos hasta que me atreví a dar el siguiente paso. A esas alturas yo estaba desatado y el tiempo corría en mi contra. Hernán no tardaría más de una hora en llegar y Katty y Leo iban a ir al colegio a recoger al niño. Leo seguía en el baño, la puerta estaba cerrada. Me dio igual lo que estuviese haciendo, golpeé suavemente la puerta y, sin esperar su respuesta, la abrí. Estaba afeitándose delante del espejo, con la toalla anudada a la cintura.- Perdona, me estoy meando? -dije fingiendo urgencia-. ¿Puedo pasar?- Claro, estás en tu casa?Mientras él seguía afeitándose, me saqué la verga por la bragueta y apunté a la taza. El solo saber que lo tenía ahí a lado casi desnudo, hizo que me empalmase sin remedio. Así era imposible mear.- ¿No terminas? Yo también tengo que descargar.- Ya voy, ya voy - dije tratando de mantener mi excitación?Leo me miró de reojo, sujetando mi miembro casi duro y esbozó una sonrisa de lo más intensa.- Si tu no puedes, yo ya no aguanto más?Y diciendo eso, se aflojó la toalla dejándola caer. Caminó totalmente desnudo, con su miembro bamboleándose hasta colocarse a mi lado y, sin sujetarse el rabo, empezó a soltar un potente chorro en dirección a la taza.- Me estaba meando? ufff.- Joder ?solté, extasiado al verlo descargando.- Eres un morboso? estás cachondo viéndome mear ?mientras decía eso, interrumpía intermitentemente su meada. Cada vez que lo hacía, su miembro se sacudía. Había ganado tamaño, pero no estaba duro del todo.- ¿Te gustó el sandwich?- Mucho, pero hubiera preferido que no la sacaras mientras me lo comía?- ¿Ves? eres un morboso? ¿te hubieras comido el sandwich con mi verga metida adentro?- Claro.- ¿Te gustan los yogures?- Sí? -¿por? ?pregunté sin dejar de mirarlo. Leo se acariciaba suavemente el tronco en un acto de provocarme más de lo que ya estaba.- ¿Has probado alguna vez una cuchara como ésta para comerte un yogur?- Uffff? no pero me encantaría.- Jajajaja...- Ufff? me encanta tu verga ?dije mientras mantenía mi mirada fijamente -.Es normal que preñes a Katty con tanta facilidad? -estiré mi mano y empecé a acariciarle esos enormes huevos-. Los tienes llenos otra vez?- Jejejeje? ¿quieres un hijo mío?- Jajajaja? no me importaría en lo más mínimo.- Nunca he preñado a ningún puto, pero creo que a ti podría preñarte? debes estar sano, Hernán es muy responsable.- ¿Quieres preñarme el culo???? ?Le dije totalmente entregado. Notando su pierna junto a la mía. Había dejado de mear y estaba casi totalmente dura por el roce de mis dedos en sus huevos.- Estás loco? Katty está en el cuarto. Lo del bebé tendrá que esperar. Agáchate?- Jejeje? ¿por qué? ?le pregunté divertido.- Limpiamela, lámela ¿no la voy a guardar así después de haberme duchado? ¿no?No necesité más indicaciones. Sin subirme los pantalones, me senté en el retrete y sujeté su verga dura ya del todo con ambas manos, no podía dejar de mirar aquella maravilla. Pero Leo tenía más prisa que yo y pensó que no le bastaba con tenerme ahí sentado admirándolo. Me sujetó con su mano por el cuello y me empujó, sólo tuve que abrir la boca para que empezara a follarme con intensidad.Las embestidas tan brutas de aquel cabrón casi me ahogaban, pero yo estaba como ido, sólo quería sentirme lleno. Le puse las manos en su duro culo, cubierto de un suave vello que se hacía más cerrado hacia la raja, y le empujé contra mí. A cada embestida, notaba sus huevos cada vez más cerca de mis labios. Me estaba abriendo la boca exageradamente, nunca me había sentido tan lleno como en ese momento.- Sueltala ya?!!! -dijo en casi un susurro-. Tenemos que acabar ya. ¿Quieres mi leche leche?- Síii? -respondí totalmente fuera de control.Con una sonrisa con mucho vicio, Leo empezó a masturbar aquella verga pegadito a mi cara. Lo hacía con tanta fuerza que su cabeza golpeaba contra mis labios mojándomelos con el precum que salía casi a borbotones. Aceleró el ritmo, consciente del riesgo que estábamos corriendo, mientras yo le apretaba fuerte ese culazo. Cada vez me golpeaba con más fuerza contra la boca, pensé que acabaría por partirme el labio, pero me daba igual. De vez en cuando, me agachaba para lamerle aquellos huevos tan imponentes mientras él lanzaba fuertes suspiros, parecía un toro embistiendo, el muy cabrón. Después, volvía a subir hasta la punta de su rabo y le relamía el capullo disfrutando del precum que iba soltando.Varios minutos después de pelársela a conciencia mientras yo le babeaba el capullo y los huevos, aquella magnifica verga que tanto me gustaba ya explotó como una fuente y empezó a lanzarme sus chorros espesos de leche en la cara, yo hacía lo imposible para intentar que fueran cayendo en mi boca mientras tragaba como si aquel fuera el mejor manjar que hubiera probado nunca. Su leche un tanto caliente me quemaba garganta. Cuando él disminuyó el ritmo me lancé a la punta buscando lo que todavía brotaba aunque ya con menos fuerza.- Qué hijo de puta? eres de lo mejor?!!!Y no le faltaba razón. Mi lengua recorrió toda la cabeza de su verga, para dejársela totalmente limpia. Fue Leo el que tuvo que apartarme empujándome casi bruscamente de la cabeza para que dejara de lamerle la punta del rabo.Desde esa tarde en el baño, la idea de que Leo me preñase el culo se convirtió en casi una obsesión. En mi relación con mi novio soy yo el que suele hacer de activo, muy pocas veces he dejado que otro tío me la meta porque la idea no me suele motivar mucho, pero con Leo era distinto. Su masculinidad y el mismo hecho de que estuviese casado me hacían sentirme prácticamente sometido cuando estaba junto a él.El tiempo para que Leo y Katty se mudasen se estaba terminando. Mi padre finalmente había conseguido que en su empresa contratasen a Leo. Mientras, Katty estaba cada vez más concentrada en encontrar una nueva casa para su familia.Desde que había empezado a trabajar, Leo y yo nos quedábamos a solas muy pocas veces. Así que, por desgracia, desde aquel encuentro en el baño, no había vuelto a repetirse algún furtivo encuentro. Yo estaba que me subía por las paredes y ni siquiera me bajaba el calentón empotrándome y cogiendome a mi novio casi cada noche. Pero una tarde, poco antes de Leo y Katty se mudasen, empezó a cambiar mi suerte.- Cariño, ¿podrías ir a buscar a Leo cuando salga de trabajar? ?me dijo Hernán por teléfono mientras yo estaba en el trabajo.- ¿Y eso?- El compañero con el que va siempre no ha ido a trabajar hoy. Le dije que yo le recogería, pero al final saldré más tarde? a ti te queda de paso al volver del trabajo ¿no?- Tranquilo, pasaré por él.Ya había caído la tarde y estaba muy oscuro cuando recogí a Leo en la puerta de aquel complejo industrial en el que estaba su nueva empresa. Llevaba unos pantalones azules, típicos de los trabajadores de mantenimiento, y un grueso jersey azul oscuro.- Gracias por venir Oliver.- No hay de qué. Me quedaba de paso al volver del trabajo?- Ya?- ¿Ya qué?- Que te morías de ganas por volver a estar a solas conmigo? jajaja.- Eres un pesado ?le respondí divertido.- Qué pena que Katty y el niño estén ya en casa?- ¿Por?- Por que ando muy caliente? -Leo se apretó el paquete por encima de los pantalones.- Tendrás que hacerte una paja ?respondí yo intentando parecer indiferente. Sus vaciles me hacían sentirme muy expuesto.- Cierto? -respondió él con calma. Y acto seguido, empezó a desabrocharse el pantalón, levantó el culo del asiento y se lo fue bajando hasta dejárselo en los tobillos.- ¿¡Qué haces!????? ?grité sorprendido-. Estamos en mitad de la calzada?- Me dijiste que me haga una paja ¿no? Pues eso voy a hacer?- Joder? -solté mientras veía como Leo se apretaba el paquete por encima de aquel boxer gris-. Me refería que te la hicieras luego, cuando estuviéramos en la casa?- ¿Te m*****a?- No, joder? ufff, pero estoy nervioso?- Tu también necesitas relajarte?Y el muy cabrón me cogió la mano derecha y la llevó a su paquete. Instintivamente empecé a sobarlo por encima del calzoncillo. Su verga terminó de hincharse con mis caricias. Sin decir nada, tiró de su calzoncillo y se lo bajó hasta los tobillos. Aquella verga que me tenía hecho un estúpido saltó como un resorte y le golpeó en el abdomen. Yo lo miraba intermitentemente, intentando no desviar demasiado la vista de la carretera. Estando apoyado sobre su abdomen, le llegaba mucho más arriba de su ombligo. No pude contenerme, volví a estirar mi mano y agarré su rabo y empecé a pajearlo suavemente.- Anda con cuidado, "santito". No vayamos a tener un accidente?- Me encanta tu verga y a ti te gusta que me encante? -le dije ignorando sus palabras.- Jajajaja...- Déjame que te la chupe?- ¿Estás loco???? ya casi estamos llegando, esta vez te vas a quedar sin tu lechita.- Joder? ¿cuándo me vas a dar lo que me prometiste?- Quieres que te preñe, ¿no? ? yo asentí con sumisión-. Jajaja?- Me muero de ganas.- Todo llega a su tiempo, debemos ser pacientes y esperar el momento justo.Y mientras pensaba cómo sería tener aquel rabo metido dentro del culo, seguía pajeándole. Su verga estaba completamente dura, se la solté y pasé mi dedo índice por la punta, estaba húmedo. Recogí todo lo que pude con el dedo y me lo llevé a la boca.- Ufff? lo haces tan bien, se nota que disfrutas con las vergas. Ojalá todas las mujeres se entregaran así?- Si yo fuera Katty, viviría agarrándote la verga, no podrías separarme ni para mear.- Jajajaja? no tengas problema, yo mearía igual?- Jejeje? eres un puto cabronazo, me encantas.- Tu también me encantas Oliver, no pensé que fueramos así de morbosos pero ya para? estamos llegando y nos pueden ver.- A ver cabrón - le dije en un tono alto y desafiante.- Tu eres el que viene morboseando y sacándote la verga para provocarme pero ahora dices que pare por si alguien nos vé ¿de qué vas Leo? ¿Por qué cuando más calientes estamos tienes que arruinarlo con una de tus acostumbradas estupideces? tu eres el que ha llevado la batuta en este asunto y yo solo me he dejado llevar como un estúpido saciandote las ganas que tu mujer no te quita.Leo estaba impresionado por mis palabras y sin dejarlo decir algo seguí diciéndole.- Vamos a entrar por la otra calle y me estacionaré en un lugar discreto y con poca luz para mamarte la verga ¿o no estás deseoso de eso? Leo asintió con una mirada entre cachonca y preocupada por lo que pudiera suceder.Llegamos a la otra calle y busqué el sitio más discreto. me estacioné y apagué el auto.Leo solo se acomodó abriendo más las piernas mientras soltaba el cinturón de seguridad y bajaba la cara hasta toparme con esa verga que pedía a gritos que la mamara, la metí en mi boca tan rápido como pude dandole una mamada tosca y llena de morbosidad.-Cabrón que bien la mamas, sigue, no pares...!!! decía Leo entre jadeos y gemidos.- Así sigue mamándomela Oliver, si tu te has vuelto adicto a mi verga yo me he vuelto adicto a tus mamadas...!!!Me la saqué de la boca solo para decirle.- YA CÁLLATE LEO, TENEMOS POCO TIEMPO Y QUIERO QUE ME LLENES LA PUTA BOCA CON TU SEMEN...!!!Leo entendió lo directo del mensaje y teniendo una mano en el tablero y otra en el asiento, abrió más las piernas para darme mejor acceso a la mamada que tanto estábamos disfrutando los dos.Ya a punto de vaciarse tomó mi cabeza para no separarme de él.-Me vengo Oliver, toma mi leche, tómala todaaaa que es para ti mi amor, mi verga te ama tanto como tu a ella, no desperdicies nada, sigue mamando que ya viene.Y en un gemido sonoro y un tanto ahogado me lleno la boca de semen que fui degustando de poco a poco sin soltarlo, sentía sus espasmos pero no quería separarme de aquella pinche vergota que tanto placer me daba hasta haberla dejado limpia, quería su leche y la quería toda, me la merecía luego de tantos días de estarlo esperando.Ya pasado el estupor de la exitación de Leo y a regañadientes tuve que soltar aquella maravillosa polla y Leo se la guardó como pudo en los pantalonesMe incorporé y saqué mi verga que estaba fura y mojada dentro de mi pantalón y me corrí una paja furiosa, llena de deseo mientras degustaba los restos de la venida de Leo que aún tenía en la boca, sin esperarlo siguiera Leo apuntó la palma de su mano en la punta de mi verga esperando que terminara y así fue, tres, cuatro, cinco y hasta seis chorros espesos quedaron en su mano que de inmediato llevó a mi boca para que se la lamiera toda, no dejé rincón sin limpiar, dedo por dedo mientras él me miraba complacido.- Eres un puto morboso "santito" y así me gusta que seas. Luego de acomodarnos la ropa y abrir las ventanillas para que saliera ese olor a sexo, a vergas que quedaba en el auto me puse en marcha para terminar de llegar.Tras estacionar el coche en el garaje, los dos nos metimos en el ascensor. Mientras pulsaba el número del piso al que ibamos, Leo me tomó de la cintura y me dio ligeramente la vuelta para mirarme las nalgas.- Tienes unas buenas nalgas, nunca pensé que me excitaría verte así?- Ufff? -solo pude suspirar mientras Leo posaba su manaza sobre mi culo y lo tocaba comprobando su firmeza.- Pinta bien, pero no me acabo de hacer a la idea pero sé que la pasaremos bien?Me rodeó la cintura con sus brazos y sus manos se posaron en el botón de mi vaquero, lo aflojó y me bajó la cremallera rozándome el paquete que, a esas alturas, ya estaba durísimo otra vez ¿qué me daba ese cabrón que me ponía muy mal de un segundo de calma al otro?. Sin ninguna delicadeza, tiró de mis pantalones y mis bóxers y dejó la mitad de mi culo a la vista.- Ufff? tienés unas nalgas para cogérselas bien profundo?- Joder, Leo, no puedo más? quiero que me cojas ya?!!!- Aquí no? -dijo mientras me acariciaba el culo con las manos rozando con sus dedos la raja-. ya vistete, estamos llegando.Como pude, me subí los pantalones y me acomodé la ropa. Mi vista se perdió en el bulto que se marcaba en su pantalón. Estiré mi mano y empecé a recorrer la forma de su verga. Leo estaba tan excitado como yo.- Eres adicto, "santito"? -dijo con una sonrisa."Somos" le dije en el mismo tono retador que había usado con él en el auto ¿o me vas a decir que no????- Me encantas todo tú me dijo ?y giré mi cabeza para ver el culazo que marcaban aquellos pantalones azules. - Y encima tienes un culazo de macho que me encanta?- Mi culo es sagrado ?dijo él con una sonrisa.- Pues a mí me encantaría comerte ese culazo?- ¿También te gustaría mamarme el culo?- Depende. Pero tú tienes un culazo de macho?- Nunca me han mamado el culo pero si lo mamas tan bien como mamas mi verga entonces es todo tuyo? me dijo mirándome a los ojos con una expresión que no había visto antes en él y una pregunta cruzó por mi cabeza ¿en que acabaría todo esto? y finalmente me dijo.- Haremos lo que tú digas.Me sentí poco más que como una ninfómana come vergas cuando el ascensor llegó a nuestro piso. Me moría de ganas de complacer, de todas las formas posibles a Leo.En los días sucesivos, no volvimos a quedarnos a solas. Mi única alegría fue cascarme varios pajotes mientras olía los calzoncillos usados de Leo que res**taba del cesto de la ropa para lavar. Cuando Katty me pidió que acompañase a Leo a ver el departamento que más le había gustado a ella para alquilarlo, el mundo se abrió bajo mis pies. A corto plazo, la posibilidad de que aquel macho alfa descargase dentro de mí cada vez parecía más remota.- Al final me vas a dejar con las ganas.- Jajaja? te mueres de ganas porque te meta la verga por el culo, santito.- En serio, si este piso te gusta, te irás? y nos veremos mucho menos ?le dije muy serio mientras llegábamos al portal. Allí nos esperaba la agente de la inmobiliaria.- Y luego Katty parirá y yo volveré a tener una concha para mí? ¿te estás enamorando, santito? ?me preguntó Leo con sorna.- Nada de eso, sólo me interesa tu cuerpo pero muy internamente tenía razón, me estaba enamorando no sé si de su verga o de su actitud o de todo lo que representaba para mi, egoístamente me olvidé de Hernán, él no se merecía eso, ni Katty ni el niño pero no podíamos ni queríamos parar?- ¿Solo te interesa mi verga??- Exacto? y la quiero en mi culo? me tienes loco.Leo solo sonrió pero casi de inmediato se puso serio. No hubo tiempo para más. La agente nos saludó cuando llegamos al portal y nos hizo pasar. Era una mujer muy peculiar, bastante mayor para seguir tan activa en un trabajo como ese, debía pasar de los sesenta.Hicimos un recorrido por todo el lugar mientras aquella mujer iba contándole a Leo las virtudes del inmueble. Yo directamente, ni la escuchaba. No podía pensar en otra cosa, mis ojos observaban a Leo detenidamente mientras él recorría el piso.- ¿Qué te pasa? ¿No te gusta?- Ningún lugar me gustaría ahora mismo? -dije en voz muy baja.- Te voy a tener que dar un regalo de despedida?- Ya, ¿pero cómo?Leo sonrío y me guiñó un ojo. Siguió viendo todo con una minuciosidad fingida y haciéndole preguntas a aquella mujer que, en aquel momento, me cargaba la cabeza de una forma exagerada. De repente sonó el teléfono de la agente y se retiró al recibidor para atender la llamada.- Ven Oliver, mira que cuarto de baño?!!!Casi sin ganas, fui hasta donde estaba Leo. Entré con el al baño y él tiró de mi brazo arrastrándome hasta el centro del cuarto.- Ven? -murmuró mientras cerraba la puerta detrás de nosotros. Entonces, giró el pestillo que había en la manija de la puerta.- ¿Qué haces?????- Darte un regalo de "despedida"? no creo que podamos volver a hacer esto?- Estás loco, ¿aquí?Leo no me respondió. Me agarró de la manó y la llevó a su paquete. Bajo el pantalón aquella verga ya había despertado. Me encantaba sobarsela junto con los huevos por encima de la ropa.- Dejame ver? bajátelos.Me hizo darme la vuelta mientras yo empezaba a desabrocharme los pantalones. Tiró de ellos con fuerza y arrastró también mis bóxers. Leo me empujó contra la puerta y tuve que apoyarme en ella. Arqueé mi espalda y mi culo quedó expuesto ante él. Se agachó y empezó a acariciármelo con los dedos. Poco a poco, fue acercándose hasta mi raja y empezó a abrírmelo con aquellas manazas. Mi agujero quedó frente a sus ojos.- Tienes unas nalgas que me están volviendo loco...!!!- ¿¿Hola?? ¿Estáis ahí? ?dijo la voz de la mujer desde fuera.- Sí? ya sal? -Leo me puso la mano en la boca.- Sí, estamos acá, pero parece que se trabó la puerta, no podemos salir?- ¡Madre mía! ?exclamó ella mientras forcejeaba con la manija de la puerta-. Pues no se abre?Leo me dio la vuelta y me empujó de los hombros para que me pusiese de rodillas. Sin dudarlo, se bajó el pantalón junto con sus slips como pudo su verga saltó frente a mi cara. Olía de puta madre a rabo, limpio, pero a rabo. No pude evitarlo y le di un lametazo en toda la cabeza.- Ufff? -suspiró Leo. mis labios se cerraron sobre la punta y empecé a mamar-. Señora, necesitamos herramientas para abrir esta puerta, se quedó? trabada?- ¡Tranquilos! No se pongan nerviosos, voy a llamar al chico del mantenimiento de la inmobiliaria.- Anda, comé rápido? no tenemos mucho tiempo? -murmuró.Sujetándole bien de aquellos huevazos, empecé a devorar aquel vergajo duro. Mi lengua recorría el tronco de arriba abajo, recreándome en la punta. El sabor de su piel, de su precum, me ponía cachondísimo. A veces la sacaba de la boca y se le pelaba bien con las dos manos mientras relamía su capullo.- ¡Chicos, no me contestan! Voy a tener que bajar a la inmobiliaria para avisarles, seguro que tienen algún destornillador para abrir.- Tranquila, señora. La esperamos aquí? no se preocupe por nosotros? -le respondió Leo divertido mientras miraba como yo me zapaba su rabo-. Ven? -murmuró.Cogiéndome de las axilas me levantó y mi cara quedó muy cerca de la suya. Por un momento quedamos mirándonos fijamente y al fin sucedió, Leo acercó su boca a la mía y nos fundimos en un beso salvaje y deseado desde hacía ya mucho tiempo, luego de separar nuestras ansiosas bocas me dio la vuelta con brusquedad y volvió a acariciarme la raja del culo, esta vez sus dedos llegaron a mi agujero, el contacto de su piel áspera en mi esfínter hicieron que me temblaran las piernas.- Esto será mejor que una vagina bien apretadita?- Dios, métemela? por favor?- Tranquilo? -me susurró al oído mientras empezaba a pasarme la verga húmeda por el agujero del culo.- Dios, ¡métemela! Como vuelva esa vieja arpía a abrirnos la puerta y no me la hayas metido, me da algo?- Shhhh?Leo se llevó la manó a la boca, se la llenó de saliva y la llevó hasta mi culo. Entre lo babeada que estaba su polla y la saliva que él me untó con sus dedos, mi culo cada vez estaba más lubricado. Hacía tiempo que nadie me enculaba, pero cuando noté la punta de su verga apretándome el agujero del culo, sólo puede relajarme. Me apetecía tanto que me enculase que hubiera hecho lo imposible por satisfacer a aquel macho.- Ufff? -suspiró él mientras notaba como su verga me iba abriendo el culo.- Diosss? me estás partiendo por la mitad, joder? -solté completamente extasiado.- Tu culo es todavía mejor que tu boca, putito y es todo mío?!!!- Y tu verga es toda mía dije entre gemidos ahogados.- Me duele, ¡joder!- Sí pudieras relajate un poco más no te dolería tanto, estás tan apretado que también me duele, ya queda muy poquita verga por entrar?Hice un último esfuerzo por relajarme hasta que noté como los huevazos de aquel cabrón rozaron con mi culo.- Santito, la tenés toda dentro? ahora empieza la bueno?- Jooooderrrr?.!!!!!!Leo empezó a taladrarme el culo con aquella verga a un ritmo suficientemente duro como para hacer que mis piernas temblasen. Me estaba matando de gusto. Nunca había tenido la verga tan dura mientras me enculaban, pero aquel día estaba como una roca. Leo me sujetaba de la cintura y de las caderas y me apretaba contra él clavándomela con más intensidad. Estiré mi brazo hacia atrás buscando su culo para empujarle contra mí.Llevaba varios minutos enculándome con fuerza, empujándome contra la puerta del lavabo de aquel piso, y yo hubiera dado un año entero de mi vida para que aquel momento durase horas, pero la suerte ya había sido bastante generosa conmigo. Cuando escuchamos pasos y voces le pedí a Leo que sacase de mi culo su verga?- Ni loco, me encanta tu culo y aún no hemos terminado mi amor?!!!- Leo? ufff, joder? me encanta? pero sácala, ¡ya han vuelto!- Shhhh? -Leo seguía bombeándome el culo como un loco mientras me cogía del cuello con fuerza.- ¡Ya estamos aquí, chicos! Ahora les abrirá mi compañero?- A ti que no te abra, ya estás muy abierto? -me susurró al oído, mientras la sacaba de golpe de mi culo.- Estás loco? vistámonos, corre...!!!- Shhhh? ven? - Leo se sentó en la taza del váter. Su verga apuntaba al techo totalmente dura.- Siéntate aquí? estoy a punto de darte un hijo ?dijo con una sonrisa.- Joderrr? estás loco ?susurré.Pero no pude controlarme. Me di la vuelta quedando Leo y yo frente a frente, y mirando hacia la puerta, me senté en su verga lentamente. Entró con tanta suavidad que los dos dimos un fuerte suspiro.- Tranquilos, chicos, ya estamos desmontando la cerradura.- Cabrón, préñame ya joder?- Ahí va tu lechita santito? ufffffff?.Y mientras nos besamos de una manera más apasionada.Y el cabrón del mejor amigo de mi novio cumplió su promesa. Varios chorros de la mejor leche que haya yo probado empezaron a preñarme el culo mientras él iba disminuyendo el ritmo de sus embestidas.- Joder? -murmuré yo mientras su verga salía de mi culo y me dejaba inmensamente vacío.Mientras nos vestíamos precipitadamente, no podía dejar de sonreír. Fuera, el chico de la agencia trasteaba la cerradura sin éxito. Nos mojamos un poco la cara y el cuello. Leo me miró, yo asentí, ya me había recompuesto, nos miramos fijamente unos momentos y un tierno beso sellaba esa espectacular cogida que me había dado. Se dirigió a la manija y giró le pestillo.- ¡Por fin! ?dijo aquella mujer cuando la puerta se abrió. El chico de la inmobiliaria parecía sorprendidode que la puerta se había abierto así... sin más.- Dios? qué calor hacía ahí dentro? -replicó Leo.- ¡Siento lo que ha pasado!- La verdad es que no sé si nos vamos a quedar este piso después de esto?- ¡Hombre, no digas eso! Si estás interesado podemos hablar del precio? no vas a dejar pasar un piso como éste por una cerradura?- Hablemos pues ?dijo Leo con una sonrisa mientras acompañaba a la señora de la inmobiliaria.Yo solo deseé que no llegasen a ningún acuerdo...Y así fue, Leo y yo salimos del departamento y me comentó que había quedado con la señora de la inmobiliaria que le avisaría en los próximos días si lo tomaba o no mientras bajábamos al lobby.Muy en el fondo me alegré por eso pero una parte de mi empezaba a pensar con más claridad y le pregunté.- ¿Y por qué no te has decidido ya???Leo en un gesto de total seriedad contestó.- Oliver, ¿es qué aún no te has dado cuenta????La pregunta me tomó desprevenido.- ¿Cuenta de qué????Junto a nosotros había una pequeña puerta que seguro sería el cárcamo donde guardan los utensilios de limpieza, Leo me jaló por el brazo y entramos, cerró nuevamente la puerta con el pestillo y abrazándome me dijo.- ¿Acaso no te has dado cuenta de que estoy perdido por ti?, ¿que estoy enamorado como un idiota por ti? ¿no te has dado cuenta de que ya no puedo concebir vivir lejos de ti? abrazándome más fuerte y en un susurro al oido me dijo.- No quiero perderte, no quiero perder lo que tenemos y yo sé que tu sientes lo mismo por mi.Yo solamente lo abracé muy fuerte y casi recriminándole le dije.- Tu tienes esposa y un hijo y otroi que esta por venir, Hernán es mi pareja y tu mejor amigo ¿qué vamos a hacer???Leo separándome del abrazo tomó mi cara con sus manos y mirándome a los ojos concluyó.- Ya veremos como lo arreglamos pero ahora dime que me amas, dime que me amas tanto como yo a ti...!!!No pude más que afirmar con la cabeza mientras nos fundíamos en un beso, en un beso tan deseado por los dos en ese momento, su verga dura ya rozaba con la mía y sin más me bajó el cierre de la cremallera y metió la mano para sacarla, yo imite el movimiento y mientras nuestras bocas seguían unidas comenzamos a pajearnos mutuamente con deseo, con la pasión que solo dos hombres pueden darse en un acto tan íntimo y separando nuestros labios Leo habló.- Nunca se la había agarrado a otro hombre pero contigo ha sido distinto, me gusta tu verga, tus nalgas, tu culo, tu cuerpo me gustas todo...!!!Y así como estábamos de pie uno muy junto del otro empecé a correrme sobre su verga y como acto reflejo él hizo lo mismo, nuestras manos estaban llenas de nuestro semen, sellando así un pacto que duraría por mucho más tiempo.Epílogo.Al final Katty lo convenció de que tomaran el apartamento y finalmente unas semanas después se mudaron, y volvimos a la misma rutina de antes aunque a mí me había dejado un hueco su partida, mismo que trataba de disimular con Hernán, su segundo hijo nació y resultó ser una niña a la que llamaron Tatiana, los encuentros entre nosotros tomaron una pausa pero cada que podíamos nos mirábamos con deseo y con un amor hasta ese momento contenido.Tato la familia de Katty como la de él llegaron a visitar, a conocer a la nueva integrante de la familia, Katty suguirió un método anticonceptivo permanente para ya no tener más hijos.Como era de esperarse Leo me pidió que junto con su hermana fuese yo el padrino de bautizo de la pequeña, Hernán estaba muy contento con la petición que me hiciera su mejor amigo. Ahora tendríamos un lazo irrompible como el secreto amor que nos profesábamos.Un par de años más tarde las cosas cambiarían, descubrí que Hernán mantenía un romance "secreto" con un chico que había conocido en unos de sus viajes de trabajo y decidimos dejar lo nuestro y quedar como buenos amigos, él cambió de ciudad con su nueva pareja y yo me mudé a un apartamento más pequeño en donde Leo y yo retomamos lo que por un tiempo habíamos dejado pendiente, no hubo lugar en el que no nos entregáramos a la pasión, al sexo, eramos adictos el uno con el otro, a veces salíamos de copas que terminaban en grandes entregas y grandes mamadas de verga, al final Leo terminó por aceptar que su vida había cambiado y en una noche lo hice mío, mi verga penetró su cerrado culo y ya estabamos totalmente entregados.Las cosas en su matrimonio ya no fueron tan bien Katty empezó a sospechar que Leo tenía un amorío pero no sabía con quién, al encararlo él lo negó todo y las cosas fueron de mal a peor hasta que fue ella la que terminó por dejarlo y pedirle el divorcio para volver con sus padres. Me sentí culpable por haber seguido ese juego años antes pero lo hecho, hecho está. Leo sigue viendo a sus hijos y el contacto con ella es casi nulo, llegaron a un buen acuerdo y Leo se mudó a vivir conmigo "mientras" encontraba un apartamento, los dos sabíamos que eso no sucedería, que a partir de ese momento no volveríamos a separarnos...Acordamos que ante todos seríamos amigos y compadres pero en la intimidad seríamos uno, habíamos encontrado el amor y la pasión que solo dos hombres morbosos como nosotros se pueden dar...
09-11-2021, at 07:30 PM
Alýntý
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