LA cala pequeña

LA cala pequeñaEse verano el jefe me dejó sin vacaciones y tuve que alquilar una casita un poco alejada de la playa y de la zona de marcha, en cambio tenía cerquita una calita pequeña, casi en exclusiva pues tenía muy mal acceso un sendero estrecho y empinado. Solía estar la playa frecuentada por gente que accedía desde el mar, lo más común era que practicasen el nudismo.Solía haber varadas en la playa varias embarcaciones neumáticas de los yates fondeados en la costa y también botes con motores fueraborda.Podías ver a gente de toda condición y tamaño desnuda: gordas, flacas, tetudas, lisas, altas bajas, y hombres gordos flacos, con grandes penes, con pequeños penes, con todo la playa ofrecía intimidad y no era extraño encontrar en la zona de las rocas alguna pareja teniendo sexo.Una de mis primeras tardes de playa, me tocaron cerca un matrimonio mayor discretos, que se pasaron la tarde leyendo bajo una sombrilla, ella llevaba un bañador negro, no hacia topless. El de vez en cuando retiraba la vista del libro y observaba con detenimiento a todas las mozas que hacían topless o iban desnudas, tocándose el paquete por encima del bañador.Al principio en la playa nudista es normal excitarse un poco pero ya luego te acostumbras y te relajas y estás como en cualquier otra playa.Me levante de mi toalla y me fui a dar un baño, me estaba cociendo al sol y me apetecía mucho refrescarme. Había bastante gente refrescándose en el agua y es normal las aguas estaban deliciosas, me tiré un buen rato nadando y haciendo el muerto.Al salir del agua mi vecina de toalla, estaba a mi lado y me dijo: -Aquí las aguas siempre están deliciosas, yo aprovecho para bañarme a última hora.-Si las aguas están deliciosas, da gusto bañarse. ¿Están siempre así de calientes? ?Pregunté más por cortesía que por otro motivo.-Si en verano siempre están espectaculares. ¿Es la primera vez que vienes a esta playa?-Si he alquilado una casita, por ahí arriba y me dijeron que esta cala era tranquila, pero no me avisaron de que era nudista. Me voy a secar.En la arena el viejo, había dejado de leer y estaba observando a una pareja, que estaban jugando dándose caricias y haciéndose arrumacos. Él le acariciaba los pechos mientras ella lo masturbaba. El vejete se había bajado el bañador y había comenzado a pajearse.En esas llegó la pareja del maduro, me creí que le iba echar la bronca, pero no. Se quitó el bañador, quedándose desnuda, se secó con toda la calma del mundo sabiendo que yo la observaba, mientras secaba su pelo sus senos se balanceaban, luego los frotó con la toalla, para luego secarse la ingle, en la se veía una vagina depilada. Se vistió una braguita de bikini, e inclinándose hacia su marido, se puso a hacerle una mamada allí en la playa, mientras el viejo observaba a la pareja que ahora estaba haciéndose un 69. En unos instantes el viejo se corrió en la cara de su jefa, y ésta le obligó lamerle su propio semen. Luego con la toalla se limpió la cara para luego tomar de su bolso de playa una toallita y limpiarse ella. El señor se quedó relajadito, y se puso a dormir como un bebé.Mientras tanto la pareja se había levantado y se fueron corriendo al agua, entre risas, bromas, pellizcos y carantoñas. El momento me había excitado y yo estaba empalmado tumbado sobre la toalla.La madura se acercó a mí con sus caídos senos desnudos, sus pezones eran enormes y estaban erectos.-Siempre se corre a las primeras de cambio y luego ya no hay nada para mí, me quedo con las ganas.-Pues no se la mames, y así te llega a casa enterito y allí te da lo tuyo.-dije yo.-Pero así me puedo divertir aquí, no suelen faltar voluntarios dispuestos a darme placer. Tu mismo estás excitado, el bulto del bañador te delata.Me sonrojé, pero le dije: -Si verte hacer la mamada me ha calentado.-Pues te voy a bajar la hinchazón. Sin más se quitó la braga del bikini y se subió sobre mí. Con una mano me bajo el bañador hasta las rodillas y se puso a cabalgarme deslizando su chocho contra mi polla de arriba-abajo sin metérsela, haciendo que la punta de mi pene se frotase contra su clítoris, continuó con su frotamiento mientras yo acariciaba esos grandes senos y me deleitaba con sus erguidos pezones, pellizcándolos .Se inclinó sobre mí, poniéndome las tetas en la cara, momento que aproveché para meter mi polla en su húmeda vagina de un golpe, mientras mis labios succionaban sus pezones,La penetración la pilló por sorpresa, pero se puso a cabalgarme con frenesí.Hasta que ella se corrió, yo aún no estaba listo, así que sin salirme de su coño, giramos hacia el lateral cambiando de posición ahora yo estaba arriba y ella abajo. Continué follándomela a mi ritmo frenético, el sudor recorría mi espalda y mi bajaba por mi frente. Al notar que me iba a correr le di un último empujón y retiré mi polla a tiempo de derramar todo mi semen sobres sus tetas.Con las manos extendió la crema sobre aquellos sabrosos senos.Me quede tumbado boca arriba en la toalla, mi amante madura se tumbo de nuevo sobre mi restregándome con sus senos y con los restos de esperma que quedaban sobre los mismos.-Ahora tenemos que darnos un baño en el mar los dos.-dijo al tiempo de levantarse y tirar de mi mano para que me incorporase y la siguiese hasta el agua. Me condujo hacia el parte derecha de la cala, que quedaba un poco más oculta. Allí vimos a la joven pareja que estaban follando ella apoyada contra una gran roca a cuatro patas mientras su marido la estaba penetrando desde atrás, con movimientos suaves pero intensos, a cada envestida del macho la mujer lanzaba un profundo suspiro.Mi madura me sujetó por la picha, que estaba creciendo por momentos y tiró de mí hasta llegar al lado de la pareja, casi pegados y sin más con la mano libre comenzó a tocarle los pechos a la mujer y a besarla.-Te lo cambio.-Vale.Sin más palabras el marido se salió del coño y la madura tiró de mí y de mi pene hasta dejarlo a la entrada de aquel coño recién follado. Fue meter la polla y ser succionada por aquel coñito.Mi viejita se apoya con las manos contra la roca mientras el mozo se la mete de golpe, bruscamente.-Dale fuerte cabrón, más fuerte.Los dos nos pusimos a follar con locura aquellos dos chochos, como si de una carrera se tratase. La moza hacia unos movimientos de cadera a cada envestida que me transportaban al cielo. Mi compañero de follada se corrió un segundo antes que yo, vaciándose en el interior de la vagina de la madura, mientras la sujetaba por las caderas. Mi compañero se retiró y su lugar fue ocupado por el marido de la vieja, que se había acercado y nos había contemplado mientras follábamos y ahora reclamaba su trocito de placer. Después de tres o cuatro envestidas se corrió, quedándose pegado a ella durante un buen rato.En el instante de notar que me iba a correr sujeté los senos de mi pareja con ambas manos, y di un par de arremetidas más fuertes, más intensas para luego hacer fuerza y quedarme apretado a ella mientras me corría en aquel coño.-Vamos a darnos un baño y limpiarnos un poco que estamos guarras...