Mi segundo encuentro con Pirata

Mi segundo encuentro con PirataDos días después de ese salvaje encuentro con Pirata en la casa de mi vecina; le pedí a mi novia Romina que fuera a alimentar a ese lindo perro. No estaba segura de lo que podría ocurrir si yo volvía allí.Pero mi linda Romina estaba retrasada para ir a su trabajo y salió casi en el aire, prometiendo regresar para la hora de la cena. Mientras, yo me podía dedicar a mi trabajo sin moverme de mi casa.Estaba en nuestra habitación, de pie frente al espejo. Estaba desnuda, mirando detenidamente mi cuerpo. Todavía me veía bastante bien, para mis treinta y pico de febreros.De repente pude oler algo extraño. Era como una mezcla de sudor con algo más. Abriendo mis piernas un poco, deslicé mi mano a través de mi pubis depilado. Sentí humedad y algo pegajoso.Llevé mi mano a mi nariz y aspiré mis dedos. Era un olor diferente al usual.Era algo poderoso y sospeché que estaba lleno de feromonas. Era el olor de una hembra caliente. Una hembra pidiendo desesperadamente a los gritos una buena cogida?Me preguntaba por qué estaba tan caliente?Todavía no podia sacarme de la cabeza a ese Doberman enorme.Mi esencia debió haberlo calentado a él también.Mientras seguía allí de pie, mirando mi cuerpo desnudo, mi respiración aumentó y mi pecho se enrojeció de repente. Estaba metida en una especie de niebla sexual. Quería volver a hacerlo otra vez?Sacudí mi cabeza y me dije que no era posible.Entonces decidí vestirme y alimentar a Pirata tal como le había prometido hacer a mi vecina. Tenía que ignorar todos los demás sentimientos?Me puse unos shorts de algodón y una vieja remera ajustada de mi novia. El día era muy caluroso y por eso no usaba ropa interior.Crucé mi jardín rumbo a la casa de Carolina. Esa remera normalmente me quedaba bien, pero ahora se me pegaba al cuerpo, ajustándose a mis tetas hinchadas y mis pezones duros. Crucé mis brazos sobre mi pecho al cruzarme con uno de mis vecinos más pajeros.Al llegar a la cocina de mi vecina, me agaché a recoger el bol de comida para el perro. Entonces note dos manchas húmedas sobre mis pezones duros. Estaban chorreando leche.Entonces descubrí a Pirata agazapado entre los arbustos del fondo. Ese hermoso ejemplar de Doberman me estaba mirando. Me quedé fría.Pude ver que el bicho olfateaba algo en el aire y después giraba su cabeza, como si algo le interesara en particular. Otra vez lo vi aspirar y sus orejas se crisparon y su cuerpo tembló?Entonces supe que podía olerme. Ese hermoso perro estaba interesado en esta hembra humana? Comencé a sentirme caliente, a pesar de todo lo que había pensado frente al espejo.Quería saber si Pirata realmente estaba interesado en mí. Entoncesme quité los shorts y los arrojé a un lado. Me quedé así en cuclillas, con mis piernas levemente separadas. Sentía mi respiración agitada y rápida. Mis tetas ahora me pesaban más.Ese enorme perro había sentido algo especial en mi olor, porque ahora se había levantado y yo podía ver la brillante punta colorada de su verga, asomando entre su oscuro pelaje?Pirata comenzó a trotar despacio hacia la casa, a trotar hacia mí?Llegó a la puerta y me corrí a un costado para dejarlo pasar. Lo que sucediera hoy con ese perro, no iba a ser en el jardín a plena luz del díaPirata entró y se sentó en un rincón a mirarme. Su verga colorada ahora era más visible. Parecía esperar a que yo hiciera la primera movida.Con mis piernas temblando, me levanté para sentarme en un sillón.Por un momento miré fijamente a Pirata, pensando si realmente quería hacer esto otra vez.Pude ver su lengua húmeda colgando y recordé lo bien que la había sentido en mi concha.Sería algo casi inofensivo dejar que me lo hiciera otra vez.Me recosté sobre el sillón y abrí bien mis muslos, dejando mi cola al borde.Había un gran espejo sobre una pared. Podía verme entera allí, con mis piernas abiertas y mis labios externos muy hinchados y enrojecidos.Los veía totalmente mojados además.Nunca me había visto tan caliente; tan lista para tener sexo?Presentí que Pirata había entendido mi mensaje, porque se levantó y se acercó, olfateando entre mis tobillos. Se acercó más y metió su nariz entre mis muslos, descubriendo la fuente de semejante olor?Su larga y rugosa lengua apareció a la vista y comenzó a lamerme desde mi estrecha entrada trasera hasta mi clítoris?Me incliné hacia atrás y gruñí de placer. A Pirata le encantaba mi olor, pero más le gustaba el poder saborearlo con su lengua.Indudablemente, no era suficiente para él. Su lengua estaba encontrando cada milímetro de mi desesperada concha y buscaba más todavía.Sentí que su lengua se adentraba muy profundo en mi vagina.Cuanto más ese perro lamia, más jugos fluían de mi sedienta concha.Estaba perdida sintiendo esa lengua, cuando mi primer orgasmo apareció de la nada. Mi concha se estremeció sin control y mis caderas se levantaron del sillón. Pude sentir una tremenda oleada de fluido salir de mi cuerpo, pero Pirata lo lamió entre gruñidos.Me recosté otra vez respirando rápidamente, mientras mis espasmos continuaban un poco más. Entonces noté que Pirata ya no lamia más?Levanté mi cabeza para mirarlo y él puso sus patas delanteras sobre el sillón. Estaban a cada lado de mi cintura y su cuerpo se movía hacia adelante.Yo estaba tan caliente que quería otra vez su gruesa verga dentro de mí.Realmente no sabía si iba a funcionar en esa posición, pero lo dejé a él hacer todo. Trataría de ver qué sucedía en esa posición básica del misionero? para un perro?Pirata se sacudió un poco más hacia adelante y pude sentir la punta de su verga colorada tocando mis labios externos. Abrí un poco más mis muslos, esperando que pudiera alinearse él solo.Entonces sentí otra vez su poronga rozar mis labios depilados y supe que ya casi estaba adentro. Sabía que no hacía falta guiarlo. Su lengua había dejado la entrada de mi concha hinchada y bien abierta como una flor. Tan pronto como su dura verga encontró por fin mi entrada caliente, Pirata se zambulló y me la hundió hasta casi la mitad.Yo arqueé mi espalda cuando me sentí dilatada al máximo.Mordiendo mi labio inferior, supe lo que se venía: ese bicho iba a seguir adelante, hasta que esa gruesa y dura verga estuviera entera dentro de mí.Por suerte, me sentía bien lubricada. A pesar de ello, su gruesa verga iba entrando despacio, mientras Pirata intentaba encontrar su ritmo.La posición del misionero me hizo sentir esa pija más gruesa y larga?Agarré mis piernas por detrás de mis rodillas y las levanté, abriéndolas todo lo que podía. Estaba nerviosa, pero pude ver que así era más fácil para él.Sus poderosas ancas estaban empujando su pulsante verga dentro de mi vagina, cada vez más adentro. No se detenía nunca. Estábamos ya casi vientre contra vientre. Pero todavía faltaba algo más?Me sentía tan llena, que no me imaginaba que pudiera entrar más pija en mi cuerpo. Nada podía parar a ese perro. Ahora yo era su hembra caliente.Yo moví mis caderas al ritmo de él, para tratar de abrirme más y más. Entonces comencé a sentir ese nudo colorado acercándose a mi vulva.Pirata lo estaba empujando para abrir mi concha y meterlo todo adentro de esa ya bien dilatada vagina?Yo estaba segura de que eso iba a dolerme y apreté mis dientes mientras comenzaba a prepararme para el asalto. Estaba transpirando a mares y miré en el espejo cómo esa bola roja trataba ahora de entrar. Tragué saliva, pensando que eso no sería posible. Anudé mis piernas por detrás del culo de Pirata, para ayudarlo a empujar.Me sentía bien dilatada, cuando la mitad de ese nudo entró entre mis labios vaginales, pero volvió a salirse. El perro y yo presionamos juntos y finalmente esa cosa gruesa estuvo entera dentro de mi vagina?Pirata entonces dejó de empujar.Casa centímetro de esa pija enorme estaba dentro de mi concha, incluyendo ese nudo rojo completo; para peor, lo sentía todavía creciendo.Esa cosa nos había sellado por completo. Ya ningún fluido podría escapar de mi vagina. En esta posición, también lo sentía más grande que antes?Pirata y yo estábamos jadeando cuando sentí que él comenzaba a descargar su semen en el fondo de mi vientre, muy profundo?Era un líquido muy caliente y era una cantidad increíble. Un segundo orgasmo intenso barrió mi cuerpo, mientras sentía sus oleadas descargándose bien profundo.Unos minutos después y, todavía eyaculando, Pirata se movió como si ya quisiera salirse de mi vagina. Comenzó a retroceder y yo sentí como si alguien tironeara mi interior hacia afuera.El perro no podía girarse como lo había hecho la vez anterior.Le acaricié la cabeza, diciéndole que se portara como un buen chico?Estábamos pegados y casi sellados por su bola roja mágica. No íbamos a poder separarnos por un buen rato. Pensé en alguna manera de distraerlo.Su enorme cabeza estaba encima de mis tetas llenas de leche.Me quité la camiseta y tomé una de mis tetas, acercando el pezón a la hambrienta boca de Pirata.La apreté un poco, logrando que saliera un hilo de leche.El perro olfateó el aire y enseguida descubrió mi pezón. Sacó su rugosa lengua y comenzó a lamer y chupar.El gusto le encantó, porque repetí la operación y él se lanzó nuevamente a chupar. Me hizo temblar de placer?Era un poco doloroso, pero al mismo tiempo placentero. Quería mantenerlo ocupado hasta que su enorme verga pudiera salirse de mi cuerpo.Iba a tener otro tremendo orgasmo muy pronto. Podía sentirlo. Toda esa experiencia: su gruesa poronga todavía disparando semen en mi vagina, su nudo colorado sellando mi cavidad y su rugosa lengua lamiendo mis pezones, era demasiado para mí?Sentí que me vaciaba las tetas por completo. Justo cuando Pirata terminó de succionarme, comenzó a apartarse de mí.Sufrí un poco de dolor cuando su nudo rojo presionó contra mi punto G; pero enseguida la sensación se transformó en placer y comencé a gritar como loca mi tercer brutal orgasmo?Me agité sin control mientras ese orgasmo recorría mi cuerpo. Mi concha quería atrapar ese pedazo de carne que intentaba retroceder y escapar.Podía sentir cada rugosidad y cada vena de esa increíble cosa.Me agité como una maniática y parte de mis fluidos salieron para manchar todo el lugar donde habíamos estado cogiendo?Nunca había acabado de esa manera tan brutal e intensa.Mi concha le pertenecía ahora a Pirata. Podría tenerla cuando él quisiera?Volví a gritar y aullar, sintiendo todavía el toque final de ese último orgasmo. Cuando terminé, colapsé sobre el sillón, totalmente exhausta.Pude sentir que Pirata seguía retrocediendo y dilatándome con su gruesa poronga; pero ya no me quedaba energía para detenerlo.Miré en el espejo, cuando su pito salió acompañado de esa bola roja.Calculé que ese perro me había metido más de treinta centímetros de carne dura en mi concha. Dolía, pero se sentía bien?El sillón quedó hecho un desastre, manchado con la mezcla de nuestros fluíidos. Todavía seguía saliendo esa mezcla de mi vagina y mi vientre se veía salpicado por su potente semen?De alguna manera, fui capaz de levantarme de ese sillón.Agité mi cabeza cuando vi el desastre alrededor. Volvería al día siguiente para limpiar todo el lugar. Olía a sexo salvaje en todos lados?Pirata se había echado en su rincón y ahora se lavaba esa punta roja?Lo llamé y abrí la puerta trasera para que saliera al jardín. Podía ver que ese bicho estaba exhausto, mientras caminaba muy despacio.Me vestí otra vez y a duras penas pude agacharme para rellenar los platos del perro con agua y comida?Mire nuevamente a Pirata. Estaba exhausto, pero ahora también parecía estar triste, presintiendo que iba a quedarse otra vez solo.?No te preocupes, Bebé? Mami va a volver mañana sin falta?? Le susurré.