Anita acostada a mi lado

Anita acostada a mi ladoEn nuestros años universitarios, felices y despreocupados, Ana y yo cursábamos juntos algunas materias en la Facultad. Para estudiar nos reuníamos en mi bulín de soltero y allí, después de quemarnos la cabeza entre apuntes y libros; pasábamos la noche cogiendo como locos en mi amplia cama doble. Eso nos relajaba bastante; antes de seguir estudiando en la época de exámenes?A veces se sumaba también Fernanda, una linda turra que había sido compañera de Ana en la escuela secundaria.Fernanda estaba muy buena. Pelo lacio bien oscuro, cara mezcla de india con oriental y un cuerpo matador realmente. Además tenía siempre cara de estar caliente y con ganas de coger?Pero era intocable; yo estaba seguro que esa perra le contaría a mi novia sobre la más mínima insinuación que yo le hiciera.Una tarde habíamos quedado con Anita para reunirnos en casa y después de estudiar ella pasaría la noche conmigo. Un rato después de mi novia, también apareció Fernanda con sus libros.Cenamos algo rápido y seguimos estudiando hasta pasada la medianoche. Fernanda se acomodó con una almohada en el sofá grande del living y con Anita nos encerramos en el dormitorio.Ambos estábamos bastante cansados: Ana me dijo que no estaba de humor para coger; pero de todas maneras; ella me dio una buena mamada antes de caer desmayados por el sueño.Unas horas más tarde me despertó el crujido de la puerta al abrirse y cerrase. Pensé que Anita había ido a la cocina o al baño; pero estiré mi brazo y comprobé que ella seguía acostada a mi lado. De pronto sentí que alguien reptaba por la cama.Levanté mi cabeza; pero la oscuridad era total y no se veía nada.Entonces unas suaves manos comenzaron a masajear mi verga por encima de mi pijama. Encendí la tenue luz del velador y pude ver que esas manos eran las de Fernanda?La muy puta me miró y puso un dedo entre sus labios, señalado con su cabeza hacia donde descansaba plácidamente Anita...Sacó mi verga fuera del pijama y comenzó a lamerla con suavidad. Se me puso dura en dos segundos y Fernanda sonrió. Me encontraba en una lucha interna entre mis ganas de permitir a esa perra que siguiera chupándome la pija y el temor al riesgo de que Anita se despertara?Me estaba volviendo loco con la lengua y los labios de esa turra; así que decidí enredar mi mano en sus cabellos y ayudarla con el vaivén de ella sobre la punta de mi verga dura. Me di cuenta que mi morbo aumentaba cada vez más; pensando si Anita podría abrir sus ojos y ver todo eso?Me incorporé y le quité la remera a Fernanda; descubriendo sus lindas tetas redondas y comencé a acariciar sus pezones?De repente sentí la urgencia por tener mi verga dentro de su grácil cuerpo; así que muy despacio la hice subir sobre mí; cuidando de no despertar a mi novia.La guacha no tenía puesta ni una tanga; así que enseguida sentí lo empapados que estaban sus labios vaginales sobre mi verga. Fernanda sonrió silenciosamente y empujó apenas sus caderas hacia adelante; empalándose con suavidad y sin dificultad sobre mi pija endurecida. Reprimió un gemido y comenzó a moverse hacia adelante y atrás, con mucha suavidad.Quise apagar la luz del velador; pero Fernanda alcanzó mi mano y la colocó sobre su cadera. Cuando comprobamos que Ana seguía desmayada, empezamos a movernos más rápido y a coger más duro?La tomé por la cintura; la acosté sobre mi pecho y la empecé a besar para que no gimiera. Me encantaba sentir sus perfectas tetas sobre mí, separarse por unos milímetros y volverse a juntar. Hubo un momento en nos descuidamos un poco y pareció que Ana se movía entre sueños; pero continuó con los ojos cerrados.Nuestros cuerpos sudorosos golpeaban cada vez más y el sonido de nuestra piel chocando me excitaba cada vez más.Yo fui el primero en acabar. Tensé mi espalda por los hombros y empujé el cuerpo de Fernanda hacia arriba. Ella sonrió y cerró los ojos, mientras mi semen le llenaba la concha por completo.Fernanda ya no aguantó más. Se mordió los labios para no aullar como una perra en celo y acabó mezclando sus fluidos con mi semen. Pero ella no pudo mantenerse en silencio. Su orgasmo fue muy intenso; duró demasiado y, finalmente, abrió su boca y gritó su placer a todo pulmón?Traté de tapar su boca con mis labios, pero fue inútil. Fernanda se retorció sobre mi cuerpo y por fin cayó totalmente rendida sobre mi pecho, todavía gimiendo?Horrorizado, giré mi cabeza. A mi lado seguía mi dulce novia.Pero ahora estaba despierta, su cabeza apoyada sobre un codo y mirándome con sus lindos ojos bien abiertos?Además? estaba sonriendo?