Enfiestada por mis nuevos vecinos

Enfiestada por mis nuevos vecinosEnfiestada por mis nuevos vecinosUn viernes regresaba a casa cuando me encontré en el lobby con Nicolás y Facundo; dos vecinos del edificio de enfrente, quienes más de una vez me habían cogido como a una verdadera perra en celo?Parecían muy atareados con unas cajas y canastos; al preguntarles si se estaban mudando a nuestro edificio, me contestaron muy contentos que así era efectivamente.Facundo sonrió y me empujó dentro del ascensor, enseguida entró Nicolás también, cerró las puertas y pulsó el último piso.Me manosearon por todos lados y se largaron a reír, diciéndome:?Te extrañábamos Anita; ahora vamos a poder cogerte más seguido??Traté de quitármelos de encima, diciéndoles que mi adorado Víctor estaba en casa en ese preciso momento, esperándome. Ambos rieron todavía más, diciendo que sería más morboso que me cogieran en la puerta de entrada de mi propio departamento.Seguí debatiéndome entre ambos, hasta que pude convencerlos de que me dejaran bajar en mi piso; ya veríamos después cómo podíamos arreglar un encuentro?Durante la semana siguiente no volví a cruzármelos dentro del edificio. El fin de semana Víctor debió viajar sorpresivamente y me quedé con muchas, pero muchas ganas de coger con él, ya que había preparado una noche especial de sexo con mi adorado esposo?El domingo a la tarde no aguantaba más la calentura y decidí sacarme las ganas con Facundo y Nicolás. Esta vez me entregaría a ellos para que me hicieran lo que se les antojara?Subí al último piso y golpeé la puerta de mis nuevos vecinos. Me había vestido bien estilo perra, con una breve falda de jean, una musculosa blanca de algodón muy liviana que dejaba traslucir mis tetas? sandalias de taco alto y naturalmente, mi concha recién depilada al aire, sin siquiera una mínima tanga que la cubriera.Se asomó Facundo, abriendo los ojos ante la inesperada sorpresa: su vecina bien puta casi a punto de entregarse sola?Me hizo pasar y entonces en pleno living me encontré con una buena sorpresa: además de Nicolás, había otros cinco pendejos despatarrados frente a la pantalla del televisor, esperando el inicio de un partido de rugbyFacundo me presentó a sus amigos como ?la putita de la que les hablé?.Uno de ellos se arrojó a mis pies y miró por debajo de mi falda, anunciando:?Esta putita no trae bombacha y tiene una conchita depilada hermosa?.Nicolás se acercó y me abrazó por la cintura, metiendo una mano por debajo de la pollera, acariciando mi cola desnuda. Le dijo a Facundo:?Hoy me toca a mí en primer lugar??Apenas dijo eso, tironeó de mi falda y me la arrancó del cuerpo.La vista de mi pubis inflamado por la reciente depilación provocó la algarabía de todos los pendejos, que aullaron como lobos o perros?Los cinco pibes se levantaron de un salto y se acercaron con ojos libidinosos y hasta desesperados. Todos eran corpulentos, con anchas espaldas. Por supuesto, pensé, todos juegan al rugby?Facundo se interpuso en el camino diciendo que en primer lugar me iba a coger Nicolás; pero lo apartaron de un empujón y varias garras me aferraron por los brazos. Me llevaron en volandas hasta un sillón de dos cuerpos y me arrojaron allí, el pecho apoyado contra el respaldo, la cabeza en el aire y mis rodillas separadas tratando de encontrar el equilibrio.Varias manos comenzaron a acariciar mi cola desnuda y varios dedos entraron entre mis labios vaginales humedecidos y mi puerta trasera.Uno de los pibes se ubicó frente a mi cara, sacó su verga endurecida del pantalón y me aferró por los cabellos, obligándome a abrir mi boca y a tragarme esa magnífica cosa hasta el fondo de mi garganta?Enseguida dejaron de manosearme y alguien se afirmó con sus garras sobre mis caderas, haciéndome sentir al instante una gruesa pija que se abría paso dentro de mi vagina. Me la metieron hasta el fondo de un solo golpe, haciéndome doler un poco. Abrí la boca para gritar, pero esas manos aferrando mis cabellos me impidieron moverme; así que mis gemidos sonaron apagados por esa tremenda mordaza que me ahogaba.El primero terminó bastante rápido, apenas unas veinte embestidas frenéticas como si fuera un conejo y enseguida me llenó la concha.Apenas me la sacó, otro dijo que quería metérmela por el culo; sentí algo lubricando mi entrada anal, como si fuera manteca y enseguida una gruesa cabeza de verga tratando de penetrar mi esfínter. Otro que duró poco tiempo: la estrechez de mi ano lo excitó demasiado y apenas en cinco embestidas acabó, vaciándose dentro de mi trasero.Los otros tres amigos discutieron un poco para ver cuál sería el siguiente, pero enseguida uno de ellos volvió a llenar mi concha con una pija bien dura y enorme.Facundo mientras tanto, reemplazó al que ya había acabado en mi boca y me preguntó si estaba disfrutando el momento, mientras él mismo metía su verga endurecida entre mis labios. No me permitió responderle, pero mi sonrisa le hizo ver que yo estaba gozando como una perra.El último de la primera ronda fue Nicolás, que me sodomizó aprovechando mi culo ya bien lubricado y abierto. Se inclinó para decirme al oído lo mucho que había extrañado romperme la cola?Así estuvieron turnándose toda la tarde; casi sin darme respiro, iban dándome por la concha o la cola cada vez que otro les dejaba el lugar disponible. Cada uno me cogió al menos tres veces, algunos hasta cuatro? y a todos les limpié su pija chorreante una vez que la sacaron de mi cuerpo. El broche de oro lo pusieron entre Facundo y Nicolás, diciendo al resto:?Ahora miren la posición favorita de nuestra putita Ana?? Entonces Nicolás se sentó en el sillón y me hizo cabalgar sobre su verga bien erecta, con una penetración bastante profunda. Enseguida Facundo apoyó la cabeza de su chota contra mi entrada anal y así entre los dos me pegaron una doble penetración infernal, mientras sus amigos aullaban como locos?Después de acabar en un intenso orgasmo así ensartada entre mis dos vecinos, les pedí que me dejaran, porque realmente ya no podía más.Pero los dos chicos me pidieron que aguantara un poco más y unos segundos después ambos eyacularon al mismo tiempo en mis dos orificios.Mientras se despedían de sus amigos, yo me quedé tendida en el sillón, realmente rendida con semejantes cogidas que me habían dado.Nicolás regresó a mi lado, cabalgó mi cara y me puso su verga al alcance de mi boca: ?Vamos Anita, una última vez, por favor, te lo pido??.Le chupé la pija con ganas, a pesar de mi cansancio y pronto Nicolás agregó otra ración de leche caliente a mi boca.Facundo me ayudó a ponerme la falda de jean, me dijo que había sido una tarde increíble y me acompañó hasta la puerta de mi departamento, ya que yo caminaba con un poco de dificultad, sintiendo mi culo en llamas y muy dolorido.Me zambullí en la bañadera para darme un baño de inmersión bien caliente y mientras me relajaba comencé a acariciarme el clítoris? hasta acabar gimiendo y pensando cuándo mis vecinos volverían a reunirse otra vez?